domingo, 15 de enero de 2012

Goodbye Vietnam!

Echo la vista atrás a bordo de la lancha rápida que nos transporta a Camboya. Parece mentira que poco a poco, la lejanía se apodera de un país maravilloso que he tenido la suerte de vivir.
Perdidos en la selva

Estos últimos días los hemos dedicado a recorrer el sur de Vietnam, más concretamente las zonas bañadas por el Mekong. Es un cambio de paisaje radical conforme a los últimos destinos que nos hemos encontrado. Hemos pasado de las blancas y rojizas arenas de las dunas salpicadas con el azul del mar, al verde intenso de la vegetación de la selva recorrida por una carretera serpenteante de agua que si bien es un espectáculo visual, es sobretodo un medio de vida para los lugareños.

Comenzamos nuestra andadura por el Mekong en el pueblo de My Tho, donde una primera toma de contacto nos sirvió para ver que toda la población vive en torno al rio. Fabricas, barcos de transporte y barcazas locales llaman la atención sobre el agua grisácea del rio. Nos hemos dedicado a recorrer el pueblo y las cercanías en moto, acercándonos a la isla del unicornio donde hemos podido sentirnos aislados del turismo occidental y perdernos por senderos flanqueados por la selva y cruzándonos con los pocos locales que nos miraban curiosos. Pasando el puente que conecta My Tho con la isla del unicornio, visitamos Ben Tre donde pudimos probar los famosos caramelos de coco que se producen aquí. Y para concluir nos acercamos a una supuesta granja de serpientes que resulto ser un manicomio de animales de todo tipo. Puede parecer que calificarlo de manicomio sea un poco alarmista, pero si ves a osos comportándose como un esquizofrénico o a monos siguiéndote por la jaula y haciendo movimientos obscenos dándote el culo, no puedes calificarlos de animales demasiado cuerdos.

Mercado Flotante
Para recuperarnos de tales atípicas experiencias partimos a la ciudad de Can Tho donde pudimos vivir de primera mano lo que es la vida local en torno a la arteria del Mekong. Contratamos un tour que empezaba a las santas 5:30 de la mañana, todavía sin clarear navegamos en una barca local viendo el sol aparecer por detrás de las palmeras y la vegetación para poder llegar a primera hora al mercado flotante de Cai Rang donde los mercaderes intercambian sus productos sin bajarse de sus barcas, colgando en unos palos de la proa del barco, los productos que han comprado por lo que las demás embarcaciones se dirigían a venderles si no tenían el producto en él. Rápidamente enfilamos rio arriba hacia un segundo mercado, el de Phong Dien, donde pudimos comprarnos por fin el gorro cónico de palmera típico vietnamita.
Cocinando la pasta de arroz

Después de degustar algunas de las frutas que comerciaban las embarcaciones gracias a nuestra “remera” privada que amablemente nos la preparo y de visitar una fábrica donde elaboraban los noodles de arroz, navegamos por el corazón del Mekong, por sus canales estrechos salpicados por casas rurales y por gente cotidiana que vive del rio. Te adentras en la selva y los sonidos y la paz que transmite el lugar se apodera de tus pensamientos. Es difícil imaginar que hace 40 años en esta zona se libraban cruentas batallas y no se podía apreciar los sonidos de la selva por el estruendo de las bombas. Todo un lujo navegar por sus aguas y pasear por sus orillas con campos de arroz y cultivos rurales abriéndose paso a tu alrededor.

Canales del Mekong




Y para cerrar nuestra travesía por el Mekong en la zona vietnamita, nuestro destino final, Chau Doc. Donde gracias a un guía callejero pudimos visitar varios templos budistas incluido uno de los mas famosos del país donde centenares de vietnamitas acuden al año a pedir la curación de las enfermedades de sus seres queridos. Después de la visita cultural, ascendimos en motocicleta con nuestro guía a la montaña Sam desde donde vimos cual iba a ser nuestro próximo destino: Camboya.

Me despido desde el rio ya en zona camboyana, diciéndole un hasta luego a Vietnam y que siga siendo el país que es, que poco a poco siga recuperándose de unas heridas que amargan la memoria histórica de un país que debería conocerse por su gente, por su vida, por su naturaleza y por su simpatía en vez de recordarla por su guerra y su sufrimiento. Un placer haberla conocido, Nos veremos pronto!

2 comentarios:

  1. ME HA GUSTADO MUCHO CONOCER LA EXPERIENCIA.
    TAL Y COMO LO CUENTAS ES COMO SI EL QUE ME MOVIESE POR ESOS LUGARES FUESE YO.
    Un besote
    P.D. Tenía razón el sabio "Viajar amplia el conocimiento, la mente y hace más tolerantes a las personas" BIEN

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  2. Da gusto leerte compañero

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