viernes, 27 de abril de 2012

Jodhpur - La ciudad azul


Fuerte
Tambores, flautas y canticos nos acompañan mientras subimos las empinadas cuestas de piedra del fuerte de Jodhpur, en cierta forma nos envuelven devolviéndonos a la época de esplendor que el imperio Mewar tuvo siglos atrás. Dejándome llevar por ella es fácil imaginarse los adornos en las paredes, la gente llegando a la puerta en forma de 90º que el marajá ideo para prevenir los ataques de elefantes, comerciantes llegando de todas partes llegaban a este punto estratégico de las rutas comerciales para vender sus productos. Un bullicio que dotaba a este esplendoroso fuerte de una vida que actualmente carece de ella. 

En los tiempos que corren el marajá ha perdido el poder que antiguamente ostentaba su familia, dejando el fuerte en manos de una fundación que el dirige para conservar el legado familiar. Es bonito de ver y muy interesante escuchar la audio guía que te lleva a través de sus salones y patios. Desde las ventanas se observa el horizonte a lo lejos, y a los pies del fuerte, la ciudad de Jodhpur, la ciudad azul, a decir verdad no es tan azul como me la esperaba, algunos edificios si que tienen el característico azul antiguamente vetado a la clase baja, pero que actualmente se ha liberado y es un buen repelente de insectos y aislante.
vida ciudad

La ciudad dormita de noche, recuperando las fuerzas con las que cada día atormenta los sentidos de las gentes extrañas a su vida. La torre del reloj es el punto central de la ciudad amurallada, rodeada por un bullicioso mercado durante todo el día, a decir verdad, la ciudad entera es un completo caos de puestos callejeros, tiendas, vacas, motos, rikshaws, basura, vacas, basura, basura, basura…

Entrada fuerte

El olor es característico y mejor no decir a que huele, el calor agobiante, la sensación de ahogo es palpable, te sientes observado, saludado a cada paso por hindúes con ganas de charlar o venderte algo (si eres mujer para mas cosas), pero los colores, la sensación de estar perdido en otro mundo y la cultura te envuelven en un contraste de sensaciones que hace que el recuerdo de lo vivido sea agradable.

Bangalore, Goa, Hampi, Bombai, Udaipur… son ciudades que nos han visto pasar y ciudades que nos han introducido a India de diferentes formas. Desde el restaurante de carne de vaca de Bangalore (exquisito), hasta la ciudad blanca de Udaipur con sus palacios, pasando por la visita al cuerpo incorrupto de mi santo en Goa, el oasis de Hampi con sus ruinas y el caos de Bombai, India nos ha sorprendido. Nos queda mucho que ver en este país y mucho que recorrer. Jaisalmer y Bikaner, desierto y un templo sagrado de ratas…

domingo, 22 de abril de 2012

El retorno


Lo siento. Que nadie me entienda mal, este perdón únicamente tiene un destinatario, yo. Quiero que cuando vuelva a leer esto me de cuenta de que a veces no pienso con claridad y de la importancia de las cosas.
 
Perdón por dejar de escribir, supongo que las circunstancias de la vida han hecho que las letras y las palabras bailaran en mi cabeza durante demasiado tiempo, sin orden ni lógica alguna y las pocas veces que me disponía a continuar con este blog, se mezclaban de tal manera que nada inteligible podía salir de ellas.

En cierta forma ahora mismo escribo obligado, pero tengo que hacerlo, tengo que hacerlo por mí, porque es lo que quiero aunque a veces lo olvide, dejar de ampararme en los problemas y los pensamientos para no hacer algo y ser constante con lo que me propuse y acabar lo que empecé.

Han pasado algunos meses desde la última vez, meses en los que hemos atravesado países, conocido culturas y recorrido parte del mundo. Tailandia, Malasia, Indonesia e India me han visto o me están viendo pasar y de cada uno de estos países me llevo recuerdos que me acompañaran para siempre.

Hemos visto playas de película, azules que jamás pensé que podría ver fuera de un cuadro, arena blanca y negra salpicando con su contraste el verde de las palmeras y el celeste de los mares y el cielo. Hemos respirado el azufre del aire de los volcanes, oyendo borbotear el agua caliente de su interior, hemos atravesado barro, problemas locales, hemos subido a torres gemelas, cogido infinidad de vuelos en 24 horas. Pero sobretodo hemos vivido experiencias únicas y pese a que no las haya contado por aquí, las llevare conmigo siempre y ahora que las recuerdo lo hago con una sonrisa, por eso en cierta forma me tengo que pedir perdón, por no darme cuenta en su momento que tengo que dejarlo escrito, aparte de para quien me lea, para mi mismo, son mis recuerdos y se merecen mis sonrisas.

Intentare volver a coger las ganas de escribir. Ahora mismo estamos en Jodhpur (India), llevamos 17 días por aquí y la verdad es que el país contrasta con cualquier otro que hayamos visto. Intentare enlazar todo en breve.

Por el momento eso es todo, ah si! Javi espabila coño! Espabila!
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