lunes, 31 de octubre de 2011

Beijing - Llegada y reconocimiento


Si no fuera por el comunismo, la contaminación y el miedo social general a hacer cualquier cosa, podría decir que si no hubiera nacido en Madrid, me hubiera gustado ser chino (se me olvidaba decir la ausencia de belleza mirada desde los ojos de un occidental)
Cambio de ruedas

Ya estoy en China, en Beijing más concretamente. 1 día y medio de viaje en tren para salir de Mongolia, cambiar las ruedas al tren (si, va en serio) y tras pasar los pertinentes controles de aduanas, que fueron mucho más sencillos que los de la frontera de Rusia con Mongolia, ingresar en la gran, inmensa y majestuosa China.

Siempre me ha enamorado China y su cultura, ya no solo por la atracción que siento hacia las artes marciales, su cultura milenaria me ha cautivado de siempre, 4.000 años de historia sin apenas modificar su “libro de conducta” me genera un interés y una curiosidad que como buen gato que soy no me puedo resistir a meterme de lleno en ella.
Vista desde nuestra habitacion

Tumbado en mi cama del fascinante Leo Courtyard Hostel os escribo. Quiero recomendar este hostal sinceramente a todo el mundo. Habitaciones un poco frías y la ducha un poco escasa en los baños privados por lo menos, pero es un lugar histórico debido a que fue el primer hostal que se abrió en Beijing, incluso los propios chinos pagan 5RMB para ver su magnífico patio interior de decoración tradicional china. Todo un lujo por 10€ la noche en habitación privada con baño privado.

Ya es nuestro tercer día en la ciudad. Ahora sí que tengo la sensación de estar en un mundo aparte, esta ciudad te fascina a cada paso que das y sobretodo te deja boquiabierto si te adentras en los Hutongs(los barrios antiguos) donde mercaderes, ciclistas y transeúntes se mezclan entre sí como una baraja de naipes iluminados por luces rojas y ambientados con los gritos de los restaurantes llamándote a probar su deliciosa cocina, es toda una delicia para los sentidos.
Templo del cielo

Mmmmm!
En estos 3 días nos ha dado tiempo a dar una pequeña vuelta por aquí, hemos ido a ver el templo del cielo, donde el hijo del cielo iba a pedir el perdón de su pueblo y a hacer ofrendas imperiales. Todo el conjunto es una estimulación para la vista incluido el altar circular cuya construcción gira en torno al número 9, representado en los escalones, es los círculos que lo forman y en los adornos que posee, los chinos se juntan en sus parques para disfrutar de un día de fin de semana donde juegan a juegos de mesa o hacen deporte. También hemos visitado un mercado nocturno gastronómico, que delicia de platos que nos ofrecían los vendedores, desde huevos con patatas hasta cucarachas. Yo no he podido evitarlo y me he zampado una cucaracha, un escorpión y un cangrejo junto con el huevo con patatas. Voy a montar un McCuca en Madrid, fijo que triunfa!

También hemos tenido un momento especial con un vendedor de te cerca de nuestro hostal, amablemente nos atendió en su tienda y nos invitó a te mientras manteniamos una conversación mas o menos entendible sobre te. Un hombre amabilisimo que nos trato como si fueramos sus invitados y no sus clientes, le compramos te por supuesto. Un trato exquisito.

Haciendo lo que sera la entrada de mi casa
Y el día de hoy lo hemos dedicado a un mercado de antigüedades y de arte en una zona alejada del centro, donde infinidad de puestos se apelotonan mostrando su mercancía. Supongo que un experto en arte haría negocio aquí dentro, yo como soy un pardillo me he dedicado a dejarme sacar todo el dinero que han querido los comerciantes, no sin antes regatear en un juego ameno de sonrisas entre comprador y vendedor con una calculadora de por medio. El día se ha saldado con 2 manuscritos hechos delante de mí que narran “Un viaje de 10.000km empieza por un primer paso” y “Todo lo difícil comienza por algo fácil, todo lo grande comienza por algo pequeño”, un juego de mahjong hecho a mano y dos jarrones, uno con un dragón y otro con un fénix (animales sagrados chinos) que en teoría son de la dinastía Qin pero que seguramente sean de la dinastía de Wen Shu del vecino de la escalera izquierda.

Sigo con anginas, llevo 1 semana. Mañana toca la ciudad prohibida, espero que no me den mucho la coña y pueda verlo con la tranquilidad que se merece.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Mongolia - Gobi Tour


Mongolia es un país de contrastes, un país de recuerdos y un país de mucho, muchísimo frio. 

Voy a intentar expresar con palabras lo que los pensamientos y los sentimientos me llevaron a vivir durante los últimos 7 días perdido por tierras de Genghis Khan.

EL VIAJE

Ya nos lo avisaron antes de partir, pero no he sido consciente de lo duro de la aventura hasta que no me he visto sumergido en ella. 7 magníficos días de trote cochinero en una scooby (furgoneta parecida a las de Rusia) que lejos de andar por asfalto, más bien se limitaba a no desmontarse sobre caminos de cabras. Y frio… un frio penetrante que por la noche te visitaba y te hacia enroscarte dentro del saco buscando tu propio calor corporal.

Empezamos el viaje con alegría, ilusionados con ver esta tierra deshabitada y extrema, pero como siempre que nos las prometemos muy felices la cosa se torció, cuando la noche nos envolvió por completo todavía no habíamos encontrado a la familia que nos tenía que acoger ese día. Al principio fue gracioso, pero después de 2 horas dando vueltas por la oscuridad, sin referencias algunas y confiando en la agudeza y el sentido de la orientación de un conductor que no sabía inglés, nuestras caras empezaron a tornarse en gestos de preocupación. Gracias a Ala, Budha, Jesucristo o a Michael Jordan encontramos a nuestra familia… debe ser un chiste mongol eso de moverse de sitio el día que llegan unos guiris a alojarse en tu casa.

Al día siguiente salimos temprano a ver las formaciones rocosas del Gobi, nada espectacular, pero no deja de ser curioso que en medio de la nada existan estas rocas. Antes de dirigirnos a nuestra segunda familia de acogida, pasamos por Tsagaan suvarga, un “mirador” donde se veía una explanada hasta el horizonte donde antes existía un mar inmenso, vistas espectaculares.

Pero no fue hasta el cuarto día que nos encontramos cara a cara con el desierto del Gobi en todo su esplendor, el tercer día me lo salto porque estuvimos en Dalanzadgad, una ciudad donde pudimos descansar y aprovisionarnos con agua y alguna chocolatina para el viaje.  Como decía, el cuarto dia comenzó con una excursión al ice valley, un desfiladero que discurre entre montañas nevadas por el que pasa un pequeño riachuelo helado, un paseo por él nos mostró el encanto del lugar, con tributos mongoles cada pocos pasos a la naturaleza. Curioso saber que con el desierto a pocos pasos, estemos a bajo cero atravesando montañas nevadas. Durante la caminata nos acompañaban montones de ratoncitos/cobayas/hámsteres/lo que sea, era gracioso escucharles.

Y por fin el Gobi, después de unas horas de saltitos en Scooby divisamos las dunas a lo lejos, se empezó a formar en mi cabeza lo que de verdad era el Gobi. Paramos a un par de kilómetros de las dunas, en los Gers de nuestra familia de acogida y en 1 hora estábamos subidos a nuestros camellos recorriendo la distancia que nos separaba de un autentico desierto de arena fina, soledad total y un frio de cojones. Sin duda alguna lo mejor del viaje y lo mejor de Mongolia.

Tomar viento el palier
Y al día siguiente el desastre… A tomar por culo el palier de la furgoneta y por consiguiente, a tomar viento furgoneta y día de excursión, nos quedamos en un ger de una familia improvisada a la que llegamos gracias a la amabilidad de un 4x4 de una excursión privada de unos israelitas si no llega a ser por ellos, me hubiera convertido en un bloque de hielo (por la noche se alcanzan fácilmente los 15 grados bajo cero en esta época, -50 en algunas zonas). Día completo perdido, imposible ver las excavaciones de los dinosaurios y un sitio que se llama Ongy Field (a saber…). Al día siguiente por fin llego nuestra nueva furgoneta que sorprendentemente se movía más que la anterior, así que la llamaremos súper scooby, menudos meneos que daba esa cosa!

El resto del viaje lo pasamos un poco desanimados e improvisando sobre la marcha donde dormir, con la sorpresa que la última noche la pasamos en un ger autentico, de una familia que nos dejó el suyo propio no sin antes pasar por el único bar del pueblo donde cenamos en una tasca y donde nos pusieron musicote para bailar… fue el día más genuino del viaje y un recuerdo que no muchos turistas se pueden llevar. Los caminos de la providencia son inescrutables.

LOS MONGOLES

Son los ascendentes directos de Chuck Norris, de hecho estoy seguro que Chuck es una mezcla y si se enfrenta a uno de estos tíos sale con el rabo entre las piernas. Que tíos más duros y que tíos más pequeñitos, tienen toda la dureza en un cuerpo minúsculo. Nosotros congelados a lomos de nuestros camellos por el Gobi y nuestro guía casi descamisado diciendo que era un día normal, que nada de frio, que “im sorry im sorry”... que tío mas grande.

Son familias nómadas que se mueven por el desierto dependiendo de las necesidades que tengan sus rebaños, tanto de ovejas, cabras, caballos, camellos o vacas… viven en Gers, esas “cabañas circulares” que habréis visto alguna vez, tienen un encanto especial, el centro de cada ger está dominado por una estufa que funciona con mierda (literalmente) seca de camello y en los más lujosos con madera (mucho mejor). Están adornados con colores vivos y alrededor de la estufa se ponen las camas, en nuestro caso 5, aunque en el último que estuvimos, solo había dos y a algunos nos tocó dormir en el suelo.
Es un niño

Tienen costumbres diversas, que no he podido conocer a fondo, como curiosidad diré que esnifan tabaco o algo parecido sacado de un botecito, que nos dieron a probar y era como el vick vaporub, te despejaba la napia que daba gusto. Otra costumbre es ofrecer leche de camello a los visitantes, solo hubo una familia que nos la ofreció, y menos mal, su estampa, que mala esta, amarga como ella sola y con una textura melosa que mejor no decir a lo que podría parecerse… A los niños pequeños no se les corta el pelo hasta los 3 años por primera vez, así que hemos tenido algún que otro malentendido con niñas que resultaban ser niños, pero es que era normal equivocarse.

Juegan a juegos de mesa y nos concedieron el honor de jugar a uno de ellos, con huesos de cabra sobre una manta y que como las canicas había que hacer chocar unos con otros haciendo parejas. Quede tercero. No está mal…

Otra costumbre mongola es el instrumento nacional, morin khuur, una especie de violín con dos míseras cuerdas que unas niñas de unos 11 años se pararon amablemente a deleitarnos con la canción Mongolia Melody, magníficamente tocada y verdaderamente preciosa todo un placer para los oídos.
Como gastronomía nos hemos alimentado a base de todo tipo de sopas de macarrones, arroz, raviolis… todo con verduras y carne. Estaba bueno, pero tras tres días comiendo y cenando lo mismo se echa de menos un buen filete de carne o algo para cambiar los sabores. Pero no puedo tener queja, nos han dado muy bien de comer.

Son personas entrañables, amables y que están dispuestas a alojarte en su casa si lo necesitas, es cierto que nosotros hemos ido con dinero de por medio, pero estoy seguro que no pondrían pegas para hacerlo desinteresadamente. Un placer conocerlos!
Baño de lujo

P.D: Como mejora tengo que recomendarles que pongan algún tipo de baños, porque madre mía de mi vida… he conocido pocilgas de cerdos con mejor olor y apariencia que estos agujeros en medio del desierto.

SENSACIONES
Deje mi contribucion en el desierto

Si queréis hacer un ejercicio conmigo, solo tenéis que coger un poco de tomillo, y un ventilador, enchufároslo a la cara y oler el tomillo… la primera parte del viaje es exactamente así. Me distancie del grupo bajando por una colina y me deje llevar por los olores y la soledad, cerré los ojos al andar y me vi trasladado a mi pueblo, en la mismísima castilla la mancha, podía sentirme allí, trasladado a mis años de juventud donde aprendí lo poco o mucho que se de campo y de donde guardo momentos en mi memoria de los que me siento especialmente orgulloso. Digamos que sentí que Minaya y Mongolia no tenían muchas diferencias.

El valle de hielo es como un pasadizo a lo desconocido, te sumerges en un paso claustrofóbico con una entrada y una salida a kilómetros de distancia, donde el frio te congela las ideas y donde el hielo te rodea por completo. Es algo mágico, los mongoles veneran estos terrenos y sí que es cierto que te sientes envuelto en un paraje inhóspito y extremo.

Pero de donde más sensaciones mágicas me llevo es de las dunas del Gobi. Mágicas! No tengo palabras para describirlas, la vista se te pierde entre onduladas crestas de arena azotadas por el viento, más duras de lo que pensaba por la parte donde le da de pleno, y blanditas por donde descansa la arena plácidamente. Me hace pensar en las dos caras de una moneda, en las dos caras de todo, me pierdo en mis propios pensamientos, el frio me hiela la sangre pero me deja pensar, ojala todos tuviéramos un lado suave. El atardecer cubrió las dunas de ocre, y nos fuimos a dormir, no sin antes echar la vista atrás y agradecerle al desierto que me dejara verle en todo su esplendor. Un sueño hecho realidad después de leer la ruta de la seda.

LA HISTORIA DE PACO

Paco es el feo de sus cinco hermanos mongoles, pero pese a su poco atractivo ha sabido ganarse mi aprecio. Me ha abierto puertas que antes eran impensables para mí, alguna vez me lo había planteado pero lo veía la posibilidad tan lejana que ni siquiera había reparado en que podía llegar a hacerse realidad. Me trato con cariño en todo momento, supo llevarme suavemente por esos terrenos que siempre son abruptos cuando eres virgen en un aspecto de la vida, supo calentarme con acierto y se portó como un verdadero caballero. La única pega que le tengo que poner a Paco es su poca delicadeza a la hora de moverse mientras le cabalgaba, demasiado duro para mi gusto y mi pobre culo se ha resentido, todavía hoy en día me duele, supongo que es porque ha sido mi primera vez, espero que si hay alguna vez mas, mejore con el uso.  Muchas gracias Paco, ha sido un honor traspasar esta barrera de mi vida contigo!
Paco 

En definitiva Mongolia es un país de contrastes, de gente maravillosa, de lugares fantásticos y sobretodo que no está contaminado por el virus del turismo, no hay grandes hoteles ni autovías ni esta todo explotado… simplemente es un país que merece la pena visitar antes de que se corrompa por completo.

MONGOLIA: 8

Recomendaciones: Llevaros ropa de abrigo por estas fechas, madre de dios que frio… Y armaros de paciencia, no hay carreteras, solo caminos de arena y en mal estado. Es un caos y un sufrimiento andar 5 horas de media por día por esos caminos pero merecerá la pena, os lo aseguro!
Mañana nos vamos a china, espero tener solucionado el problema de la censura china y que pueda escribir desde allí. Veremos qué pasa, el gigante asiático nos espera y voy con ganas de conquistarlo. Nos vemos!!!


Mongolia - UlaanBataar


UlaanBataar es una ciudad sin hacer, sin mucho atractivo a decir verdad pero su gente guardaba el mayor regalo que he tenido en este viaje, y ese regalo no es otro que sus risas. Mongolia, pese a estar encerrada entre dos gigantes como Rusia y China, tiene en su gente un tesoro que debe conservar, ven la vida con una sonrisa en la boca, aunque bueno, a lo mejor no es más que fruto de mi imaginación al dejar atrás la seriedad Rusa… quien sabe…
Entrada al templo

Hemos visto un templo budista llamado Migjed Janraisig dedicado al buda de la compasión con una estatua de 26,5 metros donde a sus pies me he purificado con su incienso inclinándome sobre él y llevándome el humo a la cara con la mano. No sé exactamente cuál es el significado, pero no sé si ha sido debido al humo o a los canticos de los monjes que sonaban envolviéndonos en el templo, que he salido como adormecido… sumido en una tranquilidad que hacía tiempo que no sentía.

En definitiva, hemos pasado 2 días viendo la ciudad, caminando, adecuándonos al estilo de vida mongol, cruzando calles sin orden aparente, jugándonos los bigotes en cada cruce y comiendo piñones que los vendedores callejeros vendían como rosquillas por la calle. Nos hemos sentido uno más de la ciudad y hemos cerrado los dos días de visita con una cena con los californianos que conocimos en nuestro viaje al baikal. 
Parlamento Mongolia

Ahora os escribo desde un ger en medio de la estepa de Mongolia, llevamos 2 días de tour y es nuestra segunda noche en un ger, hace frio, pese a estar metido en un saco de dormir y con una manta encima, puedo sentir como poco a poco la piel pierde su calor. En cierta forma esta situación me lleva a la reflexión.

martes, 18 de octubre de 2011

Frontera Rusia-Mongolia


Vodka, Rusos borrachos, cerveza, mas rusos borrachos, mas vodka, un holandés pasa a nuestro lado borracho, coño! Otro ruso borracho, mas vodka… 3 españoles borrachos.

Ese ha sido más o menos el resumen de nuestra segunda etapa del transiberiano. Si la primera etapa sirvió para la toma de contacto con Rusia y para la reflexión personal, esta ha sido la locura, al final los rumores eran ciertos y en los trenes se puede montar la de san quintín en un momento. 

Lo primero es lo primero, paramos en la frontera rusa a eso de las 2 de la tarde, dejando nuestras mochilas en el tren obligatoriamente (pedí permiso para bajarme la mochila con las cosas de valor) para que hicieran el cambio de vía del vagón, ya que sería el único que cruzaría a Mongolia. Nos citaron 2 horas después y nos recomendaron ir al pueblo a comprar víveres y entretenernos un rato. Nosotros no nos entretuvimos mucho, pero las moscas se lo pasaron de lo lindo a nuestra costa, así que decidimos volver a la estación no sin antes comprar 6 cervezas de medio litro para pasar la noche que nos llevaría a Ulán Bator, previendo que la noche iba ser tranquila.

Hasta las 17:00 más o menos no volvimos a subir al tren, así que nos dio tiempo a conocer a Bob (un mongol que su familia regenta un hostal en UB), a Sitges, un holandés con el que compartíamos habitación en el tren y sobre todo a Sasha, un gran ruso que no hablaba ni papa de ingles pero con el que manteníamos conversaciones bastante fluidas, lo que no sabíamos es que Sasha era como los gremblins… no les mojes, sobre todo si es con vodka.

Ya en el tren y pasado el pertinente registró por parte de la policía rusa, pasamos la frontera, cruzamos de país y entramos a Mongolia. Otra parada de 1 hora y media, otro registro, mas pasaportes de aquí a allá y voila! Sorpresa! A la vuelta al vagón, nuestro gremblin ruso particular nos había dejado una botella de vodka y una de Aloe Vera en el compartimento.

El tren se puso en marcha y no tardo ni 5 minutos en aparecer Sasha, en sentarse, en abrir la botella y en empezar a servirnos vodka mongol (bastante mejor que el ruso). A partir de aquí lo tengo todo difuminado, peleas de kung fu con Sasha, pulsos con Sasha, Sasha metiéndole mano a Olga (una chica rusa del compartimento de al lado, que estaba acojonadita perdida la pobre)…  Solo sé que el vagón se convirtió en una especie de rave improvisada donde todos íbamos al compartimento de los demás y los rusos eran omnipresentes en todos.  

Cómo debimos montarla que el policía del tren nos llamó la atención repetidas veces y estuvo a punto de llamar a la policía para que detuviera el tren, al final Sasha y sobretodo un amigo suyo eran dos tipos peculiares pero dignos de conocer. Espero que les vaya bien! Igual nos vemos, nos invitó a su casa del lago Baikal e insistió en que fuéramos alguna vez.

En definitiva, que perdí un pulso y le intente desafiar a vodka pero me eche atrás cuando me dijo que él se bebía 3 botellas a pelo de 1 litro sin problemas, así que mejor no intentarlo. Lo siento chicos, pero en esta ocasión España ha perdido contra Rusia, prometo seguir entrenando de vez en cuando.

Ahora ya llevo dos días en UlaanBataar y la ciudad tiene algunas cosillas para ver. De todas formas subiré la entrada de Mongolia una vez vuelva del Gobi, que será dentro de unos 8 días.

lunes, 17 de octubre de 2011

Lago Baikal


Toda buena historia tiene un inicio, y hoy os voy a contar la historia de nuestra visita al lago Baikal y comenzaremos por el viaje que nos ha llevado a él.

A las 6:45 tocaba corneta, todos en pie, visita rápida a quitarse las legañas, espabilarse un poco y mochila al hombro para esperar nuestro autobús que nos llevaría por 600 rublos hasta la isla de Olkhon donde nos esperaba el turístico hostal nikita´s. Nos las dábamos de felices al ir 7 personas en una furgoneta que parecía sacada de la serie de Scooby Doo, mientras esperábamos en la plaza central de Irkutsk a emprender nuestro camino.
Come on!

 Pues como siempre, pecamos de confiados, uno tras otro se fueron subiendo pasajeros que aparecían de la nada llenando nuestro cómodo espacio y reduciéndolo a la mínima expresión, de hecho he visto sardinas en lata que podían presumir de jardín exterior en comparación a nuestro espacio vital.

 Un total de 17 personajillos diferentes conformábamos el selecto grupo de exploradores balkanienses, a saber: El conductor ruso, una madre y su hijo rusos, una pareja mayor de rusos, un tío con gorra que parecía sacado de las películas de James Dean ruso, una señora que parecía asiática pero hablaba ruso, otra señora rusa, un chavalín ruso, 2 californianos, 2 rancios americanos, una entrañable abuela mongola que sería rusa y 3 españoles! Casi ná!
Si no es por mi no salimos ;)

Un viaje de 250km que hemos recorrido en 7 horas, 2 pinchazos, interminables paradas para comprobar la estabilidad de la rueda, nos hemos desesperado, preocupado, reído, resignado… Pero finalmente estamos en el destino, el lago Baikal.

Pero permitidme hablaros de la anciana que os he comentado antes, soy incapaz de calcular su edad, su apariencia frágil, con un bastón acompañándola a todos lados, no refleja la fuerza y vitalidad de una señora que se ha recorrido todo el viaje a mi lado sin decir ni pio, simplemente sonriéndonos cuando nos miraba. En cierta forma me recuerda a mis abuelos, de cada uno de ellos he aprendido algo importante de mi vida y de cada uno de ellos guardare recuerdos con un cariño especial. Miraba a los ojos y veía en esa señora la fuerza y perseverancia de mi abuela materna, fallecida este año pero que siempre estará conmigo, ella tiene la culpa en gran parte de ser lo que soy y mirando a esta señora a los ojos es como si me hubiera acompañado por un pequeño tramo de este viaje.


Bueno, sentimentalismos aparte, como decía, tras 7 horas de viaje hemos llegado al lago. IMPRESIONANTE! Las fotos no hacen justicia a lo que es este sitio. Hace un frio gélido, casi cortante, esto parece un mar, con oleaje y todo, gaviotas! Gaviotas en medio de Siberia! Todo me sorprende.

Y como sé que sois unos vagos os pondré un poco de información sacada de la Wikipedia:

"Con 31.494 km² de superficie, 636 km de largo, 80 km de ancho y 1.680 m de profundidad (reconocidos hasta el momento), el lago Baikal es el mayor de los lagos de agua dulce de Asia y el más profundo del mundo. Contiene 23.600 km³ de agua, equivalente al 20% del agua dulce de todo el planeta, y más que todos los Grandes Lagos de América del Norte juntos.1 En la tradición rusa, el lago es llamado «mar», y en las lenguas buriata y mongola es llamado «Dalái-Nor», el «Mar Sagrado».
Se calcula que la formación del lago Baikal data de hace 25-30 millones de años, siendo uno de los lagos más antiguos en términos de historia geológica (posteriores son el Lago Tanganica del noreste de África, y el lago Biwa de la isla de Honshu en el centro de Japón) . Entre los grandes lagos de altas latitudes, es el único que no ha visto sus sedimentos afectados por glaciares continentales. Investigaciones de los sedimentos hechas en los años 1990 proveen una relación detallada de variación climática durante los pasados 250.000 años. Se esperan investigaciones más detalladas. Si se sacara todo el sedimento acumulado, el lago alcanzaría 9 km. de profundidad."
Lago Baikal

 Dejamos las cosas en nuestra cabaña del nikitas y nos dirigimos al pequeño puerto de pescadores del pueblo, semiderruido, con un cierto aire añejo, estoy seguro que antiguamente sería un puerto con más vida, actualmente está condenado al paso del tiempo sin mantenimiento aparente. Detrás de barcos abandonados nos hemos encontrado con los dos californianos del bus (que se quedaban en otro hostal) Michael y Dan, unos cracs! Están haciendo proyectos de un corto por el mundo y además Michael es fotógrafo y tiene página web (Reservo sitio para poner el enlace). El caso es que no sé muy bien como, hemos acabado metiéndonos en la escuela del pueblo y jugando un partido de futbol con los niños rusos que jugaban por allí. Toda una experiencia jugar con aquellos chavalines, me ha tocado perder, pero es lo de menos, para mí ha sido una ganancia descomunal!

Entre patada y patada se nos echó la noche encima y tocaba retirarse, compramos un par de botellas de vodka y nos citamos con nuestros nuevos amigos en nuestra cabaña esa misma noche para seguir con las charlas amenas que habíamos iniciado. Cumplieron! Toda la noche entre risas, lingotazos de vodka con naranja y conversaciones variopintas desde Sanfermines hasta la política americana. Me ha gustado hablar con ellos y volver a soltarme con el inglés. La noche la hemos acabado saliendo a hacer fotos a una luna llena preciosa. 
Me quede sin sensibilidad en los pies

Ahora estoy tumbado en la cama con una pequeña resaca y hoy meteré mis piececitos en el lago, había pensado bañarme, pero no tenemos ninguna sauna cerca del lago y aquí hace demasiado frio, y yo valoro mucho a mi descendencia como para congelarla de golpe!

Este post lo subiré desde Ulán Bator seguramente, ya que aquí no tenemos internet, así que puede que sea lo último que sepáis de mí en 10 días. Próxima entrega: MONGOLIA!

2 vascos y un madrileño en Siberia
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