miércoles, 15 de febrero de 2012

Kong Lo - Ban Ha Nin

Después de creernos la leche de listos cogiendo un autobús que hacia el trayecto Pakse – Ban Na Hin directo nos dimos cuenta de lo tontos que somos al bajarnos del autobús en un cruce de caminos a 41km del pueblo de destino a las 9 de la noche. Por allí no pasaban más autobuses salvo uno a Vietnam que pasaría por el pueblo y que teníamos que esperar hasta las 23:00 y sin alojamiento previsto llegaríamos sobre las 00:00 con lo que era demasiado arriesgado plantarnos en el pueblo y no encontrar alojamiento.

lo que vimos al final del dia

Después de unos momentos de tensión y de desconcierto sin saber que hacer, decidimos hacer lo que en ningún sitio recomiendan hacer, es decir, enganchamos a un camionero que había parado a tomarse un refrigerio y tras ponerle cara de pena y de desesperación, accedió a llevarnos en la cabina de su camión hasta Ban Na Hin.

Entrada de la cueva
Si lo llegamos a saber nos esperamos al autobús. Carreteras de montaña oscuras como la boca del lobo, a 5km/h (sin exagerar) el camión no daba para mas, cruzando puentes maltrechos que crujían a nuestros pies y con la sensación de que no llegaríamos sanos y salvos a ningún sitio. Tardamos 2 horas en hacer los 41km que nos separaban de nuestro destino, pero gracias a nuestro amable conductor llegamos sanos y salvos, así que no tengo mas que palabras de agradecimiento para el.

Al llegar fuimos medio atacados por perros que vigilaban propiedades así que sin mucho buscar nos metimos en el primer guesthouse que vimos abierto. No estaba del todo mal y nos daba cobijo, así que no podíamos pedir nada más.

Abriendonos paso en la oscuridad
La estancia aquí estaba planificada para poder ver uno de los puntos de interés señalados en Laos, la cueva de Kong Lo. 7km de cueva que atraviesa una montaña y lo mejor de todo es que se hace en barca. Cogimos una barca para los dos y nos metimos en la refrescante oscuridad de las entrañas de la montaña, en seguida tuvimos que echar pie a tierra para empujar la barca cuando se quedaba encallada en el rio, pero poco a poco remontábamos la corriente y atravesábamos la cueva. Hicimos una parte a pie, descubriendo la inmensidad de la caverna, de casi 100 metros de ancho y de alto y con estalactitas y estalagmitas enormes por todos lados. Las linternas que llevaba nuestro conductor a la cabeza nos servían para poder ver con dificultad la cueva, pero la verdadera sensación de majestuosidad llego al alcanzar la salida por el extremo contrario.

Salida de la cueva
Un valle verde se mostraba ante nosotros como si fuera un valle perdido en uno de esos cuentos de Disney, búfalos, montañas y un poblado al final del camino donde poder tomarnos un refresco de coco. La imagen de la oscuridad difuminándose a favor de la clara luz del sol junto con el verde de la naturaleza es algo que se quedara grabado en mi retina para siempre. Una obra de arte en cuanto a sensaciones se refiere y tras el camino de vuelta a en barca, toda una experiencia que de por si ha merecido la pena haber entrado en este país para conocerla.

Pakse - Champasak

Después de unos días en los que el impacto de Laos ha sido un poco mas difícil de asimilar que lo imaginado, por fin he vuelto a ver las cosas bajo otro prisma.

Cafe!
No es que hayamos hecho gran cosa ni mucho menos algo espectacular, pero Pakse me ha permitido relajarme y disfrutar de la naturaleza por partes iguales. En la ciudad no hay mucho que ver, algunos wat que la pueblan pero poco mas, así que optamos por contratar un tour que nos llevaría a través de la meseta de Bolaven, visitando algunas cascadas, los campos de café y te tan famosos por estos lares y algunos poblados de minorías étnicas por aquí. Y para decir verdad ha merecido la pena.
Nuestra primera parada fue un campo de cultivo de te y de café donde pudimos degustar los aromas y sabores de ambas infusiones y decidimos llevarnos un poco de café para las ocasiones especiales en casa.
Meditacion

Justo después, tuvimos el honor de contemplar majestuosa la cascada más alta de todo el sudeste, Tad Fane, saliendo con fuerza de la espesura de la selva y precipitándose al vacío por una caída de 130 metros al fondo de un cráter volcánico. Bonito de ver, aunque en la distancia, una pena que el mirador no este mas cerca y mejor acondicionado, pero de esta manera seguro que se conserva mejor lejos de las manos y la contaminación de la masa social.

La siguiente parada las cascadas de Tat Yuan, menos impactantes pero a mi parecer mas mágicas, pudimos observarlas desde arriba y bajar hasta el lago que se forma en su caída, donde comprobamos su gélido tacto y disfrutamos de la visión de la cascada y de los monjes que la visitaban.
Paramos a comer en las últimas cascadas del día, las Tad Lor, donde después del almuerzo y con el calor rebosando por cada poro de nuestra piel, decidimos que no nos podíamos marchar sin meternos en el agua. Tras varios intentos fallidos debido a la bravura del agua y de lo complicado que es moverse descalzo por el suelo de rocas empapadas, optamos por remojarnos debajo de las pequeñas cascadas que se formaban al inicio, una autentica ducha natural que nos refresco cuerpo y mente de manera inmediata.

Una de las sorpresas enriquecedoras que nos dio el tour fue la visita a 2 aldeas de minorías étnicas donde pudimos ver como viven de manera autentica esta gente.

Terminando con el sacrificio
La primera conocida por el factor de que ellos mismos se construyen su ataúd en vida, es la tribu de los Alak, Nge y Ka tu, viven en comunas de hasta 45 personas y como costumbre se casan a la edad de 5 años. Los domingos matan a una vaca en un rito sagrado en el centro del pueblo y pudimos llegar a ver los restos del sacrificio.

La segunda aldea conocida por las mujeres sentadas bajo el techo de paja tejiendo a mano laboriosos pañuelos o faldas de colores fue la de Ban Huy Houn, nos marchamos sin comprar nada, que el presupuesto era limitado, pero hubiera sido un gran recuerdo.

Wat Phou Champasak
El tour fue una gozada, pero tuvimos que partir con la idea de llegar a las fiestas de Champasak, que coincidía el último día de fiestas con nuestro itinerario, así que mochila en mano partimos a ver el Wat Phu Champasak y ver que se cocía por allí. El pueblo en si no es mas que una calle flanqueada por guesthouses y restaurantes y el Wat, que se encuentra a una tirada en bici (coger moto), tiene su encanto arqueológico e histórico, pero nosotros que estábamos reventados no lo apreciamos como se merece, hicimos la visita obligada, vimos que las fiestas se parecían mucho a la de los pueblos que todos conocemos y con una sensación de semi derrota enfilamos hacia la capital. Aun así, merece la pena echarle un vistazo a este templo, seguro que tiene mucho mas encanto del que supe encontrarle yo.

sábado, 11 de febrero de 2012

Don Det - La hamaca de Laos

Estamos en Laos!

Como información general para todo el mundo que quiera entrar en Laos desde Camboya por tierra. SI HACEN VISADOS EN LA FRONTERA (al menos en enero del 2012). 41$ exactamente hacen que el paso de frontera sea sencillo y sin tener que bajarte del autobús. Íbamos con un poco de miedo pero todo fue como la seda, sin extorsiones ni historias raras.

Uno de los bares de Don Det
Nuestra primera parada en Laos han sido las 4.000 islas, llamado así debido a que en la época seca el rio Mekong deja salir a la superficie islotes en su punto más ancho. Algunas de ellas habitadas todo el año como son Don Det, Don Khon y Don Khong.

Nosotros elegimos Don Det pese a ser calificada por muchos como una pequeña Ibiza. Si se quiere más paz y mas calma se puede optar por la de Don Khon y la mayor de las tres es la de Don Khong.

El primer impacto con Laos fue duro. Nos costó un mundo encontrar alojamiento y tras sentirnos estafados al cobrarnos 3$ para llegar a la isla, de noche, y recibiendo negativas o precios abusivos donde preguntábamos, no estábamos para muchos trotes. Sé que 3$ no es gran cosa, pero para alguien que viaja 9 meses y que se le escapa el dinero de las manos poco a poco, hasta 1$ puede llegar a valer la vida (Javi por fin te entiendo). Al fin encontramos alojamiento en Mr. Phao bungalows al módico precio de 60.000 kip por un bungalow a orillas del rio Mekong, con dos hamacas y un baño decente.

Deporte nacional laosiano
En si el pueblo de Don Det no tiene gran cosa que destacar, muchos restaurantes de comida occidental, tiendas donde venden todo tipo de productos, locales con internet, bares estilo chillout y sobretodo un montón de guiris como nosotros (algunos mucho mas colgados debido a las bebidas y no bebidas happy) dando vida a todo el pueblo. Nos dedicamos a recorrer la isla en bicicleta, es muy pequeña y se hace con facilidad, por caminos de arena con búfalos acompañándote y el rio Mekong salpicando el horizonte de vez en cuando junto con casas locales más o menos pintorescas.

De camino a la playa!
Al siguiente día decidimos pagar los 20.000kip que cobran para cruzar el puente que lleva a Don Khon para visitar en bicicleta la cascada de Khone Phapheng que es la más voluminosa de todo el sudeste. Pero el gran encanto que encontramos en esta cascada mas allá del murmullo de su agua cayendo o de su blanca espuma salpicando los saltos es el remanso de paz que encontramos saliéndonos del mirador por un pequeño camino. Tras 5-7 minutos entre la vegetación llegamos a una playa natural de arena blanca que ardía como el infierno pero que te recompensaba al final de ella con una pequeña zona calmada de agua entre tanto rápido donde pudimos disfrutar de un baño bajo el sol abrasador, saltando de piedras y dejándote llevar por la corriente para remontar nadando. Cuidado que las corrientes pueden llegar a ser fuertes, no os confiéis demasiado.

Bye bye Don Det
Sin mucho mas que hacer dedicamos el ultimo día a hacer lo que todo el mundo hace en esta isla, tumbarnos en nuestras hamacas, coger 2 BeerLao y disfrutar del atardecer a orillas del rio Mekong refrescándonos con cerveza laosiana y arreglando el mundo entre nosotros hasta caer la noche.

Cierre Camboya

Un país menos en el viaje pero un país más en mi experiencia personal. Camboya te ilusiona. En los 18 días que hemos pasado recorriéndola, he soñado con ser Indiana Jones, me he creído un explorador de la selva en elefante y he jugueteado entre dinosaurios imaginarios en un lago volcánico.

Como siempre mi compañera ha detallado la información en su blog, así que si queréis detalles leerla y si tenéis alguna duda preguntarnos!

Yo me voy a dedicar a dejar constancia de algunas cosas vividas y recomendaciones que daría a quien quiera ver este maravilloso país.



ALOJAMIENTO

No seáis muy exquisitos. Con esto me refiero a que en la mayoría de los hostales y guesthouses que os encontrareis os dan la opción de elegir entre habitación con ventilador o con aire acondicionado. Según mi experiencia, con un ventilador vale para estar a gusto a media tarde, por la noche sobra cualquier tipo de acondicionamiento, refresca lo suficiente para dormir incluso con alguna manta fina.

Intentad aprovisionaros con incienso anti mosquito, a nosotros nos ha funcionado y podéis encontrarlos en muchos mercados por medio dólar, no hay que olvidar que estamos en zona de riesgo de malaria.

No os desesperéis si no podéis reservar de antemano los alojamientos (aunque es aconsejable) en todas las estaciones de autobús encontrareis taxistas enloquecidos queriendo llevarte a los hostales donde tienen comisión, puede parecer un timo, pero nosotros cuando los hemos necesitado, no hemos tenido problemas y por el contrario hemos encontrado buenos precios y buen alojamiento.

Con todo esto la media por día en alojamiento no debería subir mas allá de los 8$ y podéis encontrar sitios decentes (con agua fría) por 3-5$.

TRANSPORTE

Evitad los minibuses en la medida que os sea posible. No es que sean unos cacharros viejos apunto de caerse, es que si entran 15 personas sentadas nunca os encontrareis con menos de 25 personas dentro incluso hemos llegado a estar 34. Para un viaje de 1 hora se puede hacer pesado pero para 4 o más horas se hace insoportable.

Hemos usado sobretodo la compañía de autobuses Sorya, fácilmente distinguible por su “168” en la cabecera de cada autobús. Son autobuses con aire acondicionado la mayoría y aceptable limpieza, bastante puntuales en general aunque como no os extrañéis si va parando cada pocos metros en busca del lleno absoluto entre poblaciones pequeñas. Un poco de paciencia basta para llevarlo.

El precio medio de trayecto ronda los 5-7$, en algunos os podéis encontrar hasta con agua gratis.

Y para terminar, saliros de las rutas comunes (aunque siempre sabiendo donde os metéis por aquello de las bombas sin explotar) intentad empaparos de Camboya mas allá de Phnom Penh y sien reap, este país tiene rincones que se te quedaran grabados en la memoria y la seguridad del país junto con el “hello” de los niños al pasar dibujara una sonrisa en tu cara cada vez que lo recuerdes.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Ratanakiri - Cascadas, un lago y la muerte de un movil

Abandonamos Mondulkiri con un ligero dolor de culo pero una gran sensación de satisfacción al haber compartido un momento inolvidable atravesando la jungla a lomos de unos animales tan magníficos.

Nuestra siguiente parada fue Kratie, parada técnica donde de paso podíamos ver al esquivo delfín del Irawadi. Nos quedamos dos días y en el segundo alquilamos un bote con el que estuvimos una hora surcando las aguas del Mekong pudiendo disfrutar de la respiración de los delfines a nuestro alrededor y su figura emergiendo tímida de vez en cuando a la superficie. Relajante pero un poco caro unos 9$ persona.

Caminos Ratanakiri
Rápidamente y al día siguiente cogimos un autobús hacia la provincia de Ratanakiri, mas concretamente a la ciudad de Ban Lung. Al igual que Mondulkiri es una zona habitada por minorías étnicas y salpicada por pequeñas formaciones boscosas.

Si a Dorothy la guiaba un sendero de baldosas amarillas a través de Oz, a nosotros nos guiaban caminos de arena fina naranja de 5 cm de espesor, por donde nuestra moto alquilada se movía con dificultades. Pese a las complicaciones, conseguimos hacer un bello recorrido por las cascadas de los alrededores y un lago volcánico famoso en todo el país.

La primera cascada, la de Katieng pudimos disfrutarla a solas, bañándonos junto a su sonido ensordecedor jugueteamos como niños en el agua. Una experiencia relajante sentirse a solas en la jungla bañándote a los pies de una pequeña cascada bordeados de vegetación y lianas.
 
Katieng
Después del baño y al galope en nuestra moto, nos dirigimos a la segunda cascada, Kinchaan, mas fácil de llegar, se puede cruzar por un puente colgante hasta la otra orilla y esta vez en vez de bañarnos simplemente contemplamos a la gente local dándose un chapuzón en sus aguas. La mala pata de este recorrido es que debido al pobre estado en el que estaba la moto que se calaba cada dos por tres y que no tenia frenos traseros, al intentar bajar una cuesta de arena pronunciada e intentar frenar, nos caímos de costado, con la mala suerte que mi móvil se llevo todo el golpe y se rompió la pantalla. DEP hasta que consiga resucitarlo.

Kinchaan
Y por fin llegamos al plato principal. El gran lago volcánico Boeng Yeak Laom, un lugar sagrado para la gente local. Tras unos momentos de indecisión viéndose bañar a la gente totalmente vestida, decidimos que la mejor manera de integrarse era imitarles, así que sin pensarlo mucho más, al agua! Todas mis preocupaciones y resquemores por la perdida del móvil se desvanecieron conforme el volcán y sus aguas empapaban mis sentidos, no soy religioso ni creo en nada espiritual, pero he de decir que si existe la magia, este lugar tiene algo de mágico, eso seguro.


Esa cosa saltando soy yo en el lago
Al día siguiente pudimos recorrer con un guía y con dos motos los alrededores de la ciudad visitando excavaciones de gemas, poblados étnicos y comiendo en casa de nuestro guía, donde su madre y su hermano, que estaba como una regadera, nos obsequiaron con comida típica y relax en algunas de las hamacas del porche (por llamarlo de alguna manera) exterior.

Una región tranquila, con sitios fascinantes y poblados que todavía conservan su autenticidad, polvo naranja que te llena la ropa y los pulmones y un broche de oro para nuestra estancia en este maravilloso país. Mañana partimos a Laos y tengo la sensación que el tiempo se va a ir parando poco a poco… La calma Laosiana.
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