Wudang Shan y Leshan

Estos últimos días he estado un poco perezoso a la hora de escribir. Sé que algunos estáis impacientes por leer tan exquisita redacción y no podéis dejar de morderos las uñas ante la falta de información por mi parte, así que no me queda otra que pediros disculpas. Lo siento papa y mama, intentare publicar con mayor celeridad.

Cima de Wudang Shan

En estos días hemos estado visitando algunos sitios de interés personal y cultural. A modo de interés personal, después del rio Yangtzé nos dirigimos a la montaña de Wudang Shan. Montaña donde se creó el taichí, el kungfu interior, que como cualquier arte marcial ya tiene interés de por sí solo. Un monje shaolin que consideraba el arte del kungfu demasiado brusco decidió meditar en estas montañas. Fue mientras observaba una serpiente defendiéndose de los ataques bruscos de un águila cuando se le ocurrió comenzar a practicar este bello arte. La serpiente esquivaba los golpes con movimientos bellos y suaves, tal fue su defensa que el águila desistió en su empeño. 

Esta vez subimos en teleférico al pico de la montaña. No sé qué pensareis muchos, pero sinceramente, con subir una montaña a pie en este viaje tengo suficiente y sé que mis gemelos me estarán eternamente agradecidos.

Subiendo en teleferico

La pena es que el día que nos hizo no estuvo a la altura del lugar. Día gris, con lluvia y muchísima niebla nos han impedido disfrutar de la montaña como se merece visualmente, aunque interiormente no ha decepcionado.

Con el recuerdo todavía latente nos dirigimos al día siguiente a Leshan. A decir verdad nunca hubiera planeado un viaje a esta ciudad si no fuera por la extensión del visado. Aquí tardaban 24 horas en hacértelo cuando en la mayoría de sitios no baja de 5 días. 

Gran Buda de Leshan

Ya de paso y teniendo que quedarnos 2 noches, decidimos darnos una vuelta y ver lo más significativo de la ciudad: El buda tallado en piedra más grande del mundo. Cual coloso, emerge de un acantilado enfrentándose a la confluencia de dos ríos. La leyenda dice que antiguamente el rio era incontrolable, así que un monje comenzó la obra para que el buda calmara las aguas bajo su vigilancia. Y la historia paso así, o el monje era muy listo o de verdad hay algo mágico detrás, pero el rio ha permanecido calmado desde entonces. A decir verdad, creo que los restos de la construcción, en forma de dique, han ayudado en gran medida a este logro, pero queda más bonita la versión religiosa.

Ya con nuestra nueva visa y con la calma de poder estar un mes más en China, nos vamos a Chengdu, desde donde tenemos intención de ir al jiuzhadiou valley, el sitio que nos recomendó el chino en la montaña de Hua Shan y a hacer una visita obligada a ver pandas. Chengdu tiene el centro de reinserción de pandas más famoso de china y por tanto del mundo. Y no me voy de este país sin ver a este bichillo tan especial.