Imaginaos gordos, perezosos, con sueño… Tanto que hasta para
ir al baño os supone un suplicio y simplemente apartáis un poco la pierna para
dejar hueco a lo que os sobra en el cuerpo. Comer se convierte en una obsesión,
no puedes parar de hacerlo, las cantidades industriales de comida que os lleváis
a la boca nunca sacian vuestro apetito, no os alimenta, no os da la energía suficiente
para correr o hacer ejercicio, por lo que tenéis que ahorrar energía, adoptar
una actitud pasiva y evitar cualquier tipo de esfuerzo innecesario.
Podría estar hablando perfectamente de mí, lo sé, y muchos
lo habréis pensado, pero mamones! No soy tan sumamente vago… A veces…
El mayor esfuerzo del panda... sacar la lengua |
Hablo de un animal tan simpático como vago, tan carismático como
comilón, el oso Panda. Hemos estado en
Chengdu estos días, y viendo que en esta gran ciudad (la quinta ciudad más
grande de China) se encontraba el centro de investigación para la cría del
panda gigante nos hemos visto obligados a hacerles una visita. El Gran Oso
Gato, como lo llaman los chinos, está al borde la extinción, únicamente se
encuentra en libertad en 5 cordilleras chinas y debido a su delicado estómago,
solamente se puede alimentar de bambú, el cual florece cada 5 años y muere, así
que los pandas tienen que emigrar y poco a poco se quedan sin espacio.
Madre e hijo |
Hemos tenido la gran suerte de verlos en vivo y en directo,
ver a una cría jugar con su madre, a unos recién nacidos echarse la siesta después
de una comilona y como el más travieso de los enanos hacia perrerías a sus
hermanos.
Ha sido un lugar imprescindible en esta ciudad y en nuestro
viaje y la imagen de estos osos de peluche gordetes y simpáticos, se quedara
siempre en mi retina.
El motivo de estar en esta ciudad no ha sido solo por ver la
fauna autóctona china, el joven chino que nos encontramos en Hua Shan, nos recomendó
que teníamos que ir a Jiuzhaigou valley… que desde el punto de vista de los
chinos, es como estar en el cielo, y sinceramente, no nos ha dejado
indiferentes.
cascada |
Se trata de un parque natural llamado el barranco de los
nueve pueblos, se refiere a los nueve pueblos tibetanos que todavía permanecen
en el valle. Según cuenta la leyenda, un demonio celoso hizo que la diosa
Wunosemo soltara su espejo mágico, regalo de su amante Dage, el dios de la
guerra. Al caer, este espejo se rompió en 118 brillantes trocitos, y cada uno
formó un lago turquesa que es lo que se puede ver en este parque natural,
rodeados de montañas nevadas y picos de más de 4.000 o 5.000 metros de altura.
Pensamos seriamente en bañarnos |
La visita y el recorrido merece la pena pese a ser invierno,
posiblemente en primavera o en verano se disfrute de un paisaje más colorido,
pero es realmente impresionante lo que ha hecho la naturaleza en esta zona, te
invita a creer de nuevo en los cuentos de hadas, en que imagines un mundo mágico
entre todos estos encantos naturales y que te dejes llevar por las leyendas de
seres mitológicos.
Para una que salgo decente... |
Las fotos no hacen justicia para nada a lo que vimos, lagos
de 5 colores diferentes, desde el azul marino al turquesa, bosques de bambú
donde algún día volverán los pandas, caminos de madera, cascadas, riachuelos, ríos…
un sinfín de notas que componen una sinfonía a la naturaleza perfecta, digna del
mejor compositor.
El parque está situado en una zona tibetana de china, es
decir, que los habitantes son en la gran mayoría tibetanos y el tour que
contratamos nos dio la posibilidad de ser auténticos turistas y pecar en las
atracciones características en estos casos… Nos llevaron a una “casa” tibetana
donde unos 60 o 70 comensales cenamos juntos alrededor de una mesa central,
canticos, bailes y vítores presagiaban lo que iba a pasar, que los únicos occidentales
del recinto íbamos a ser la verdadera atracción esa noche. Mi compañero Javi
fue el primero, teniendo que mover el culo y un palo a la vez siendo el deleite
de flashes y risas de los asiáticos y cuando todo parecía acabado me toco a mí.
El dedo acusador de la que dirigía todo aquello me señalo, sin pensármelo demasiado
me situé en el centro del recinto y a duras penas conseguí seguir a raja tabla
las indicaciones de la animadora. Baile una danza tradicional (eso creo) y al
quedar entre los tres finalistas (de 5) me hicieron simular a un yak, es decir,
caminar a 4 patas y dar coces al aire… Les debió gustar mucho eso a los
tibetanos porque al cabo de un rato me disfrazaron de mujer y me sentaron en la
mesa central con un chino disfrazado de tibetano y presidimos los postres y
brindamos por todos los reunidos allí.
Aqui perdí mi verguenza... hay videos... |
Una experiencia en definitiva vergonzosa y estoy seguro que permaneceré
en el recuerdo de muchas de las cámaras que me acribillaron a flashazos, pero
que queréis que os diga, hacer el tonto siempre me ha gustado y quiero creer
que todo aquello eran risas que se unían a las mías mientras perdía la poca vergüenza
que me quedaba.
Me akegra pensar que después del viaje por el valle un grupo de personas os volvió la realidad. Si conseguistes hacer reir a unas cuantas de ellas date por muy satisfecho.
ResponderEliminarSigo estando muy orgullosa de tí.
Hola, ¡vaya lugar tan precioso! Espero que tengas muchas mas fotos para poder enseñarlas. Creo que ha merecido la pena que os quedarais en ese 2valle del Norte" asi lo anuncian en las agencias chinas.
ResponderEliminarEn mi opinión romper hielos y no tener sentido del ridiculo y si sentido del humor es una de tus caracteristicas personales asi que habrás estado a tus anchas...
Tampoco creo que seas perezoso como los pandas ,si lo fueras ni te habrías planteado el viaje. ¡¡¡No te comento el realizarlo!!!. Quizas deberias revisar tu autoestima, que la tienes algo devaluada